REFLEXIONES ÉTICAS

Muchas veces la realidad es muy curda y lamentablemente pocas veces estamos preparados para afrontarla con tal madurez de modo que cause menos impacto en relación a lo que previamente veniamos abordando desde nuestra propia verdad. Es allí donde nuestros principios éticos y morales asumen tal papel de acuerdo a la realidad donde nos encontramos sumergidos en la sociedad, dejando a un lado esa visión utópica para poner los pies firme sobre la tierra y afrontar tal situación con criterios sólidos y concretos que permitan en cierto modo moldear esa realidad y ajustarla a tu propia realidad subjetiva.

La ética puede definirse como un manual de convivencia, como un tratado de buenas maneras, como un compromiso para la tolerancia. Pero dada la diversidad de costumbres, creencias religiosas, enfoques políticos y maneras de vivir de los distintos pueblos de la tierra, generalizar sobre la ética es casi imposible. Por eso, si tratamos de una ética mínima, estamos refiriéndonos a la parte sustancial del vivir en comunidad; a las pequeñas circunstancias, a las elementales exigencias que posibilitan que pueblos disímiles se entiendan en lo primario, y aprendan a tolerarse y a buscar ámbitos de concordia por encima de sus diferencias.

Para muchos es más simple vivir apegado a sus porpias normas y reglas morales que ajustarse a las que la sociedad impone. Es por ello que existen personas que si podrían vivir sin ética y sin moral, aún sabiendo que lo que hacen no está acorde a lo que la realidad muestra. Sin embargo, otras personas si consideran imposible vivir sin ética y sin moral, ya que sus propias convicciones no se los permite, todo esto en vista a que actualmente nos encontramos inmersos dentro de una sociedad crítica y racional (en ciertos aspectos) capaces o con atribuciones de juzgar que es lo que está bien o mal en función de la conducta que generamos.

Estas reflexiones nos llevó a darnos cuenta que muchas veces nuestra propia verdad no está intrinsecamente enlazada con la realidad, lo que provoca un choque ético, cognitivo y afectivo como parte del desarrollo integral del ser humano, atodo esto en consonancia con los principipos deontológicos al cual nos hemos inclinado hacia una mejor comunicación.

El asunto tiene que ver más con el deseo general de encontrar una mejor comunicación y entendimiento en un mundo global que así lo exige, que en crear solamente un reglamento o un libro de normas de comportamiento general para formar ciudadanos ejemplares. Según algunos autores, sin un consenso ético, sin un mínimo de valores y actitudes básicas compartidas, será difícil que funcione el orden económico y jurídico que todos los Estados pretenden establecer. La búsqueda en la que se enmarca lleva hacia el hallazgo de aquello que es común a las diferentes sociedades y que va a hacer más amigables las inevitables relaciones con los demás.

En todas las culturas y en todas las civilizaciones se han dado normas éticas y valores asumidos por sus correspondientes miembros, cuyos contenidos varían, a pesar de inspirarse en un principio ético común. Es precisamente en esta delgada línea, donde se hallan diferencias de forma, pero también se soportan los elementos comunes de su esencia, que en definitiva da impulso a la idea de lograr el entendimiento de las sociedades.